5- EL AGREGADO DE LA CONCIENCIA (Viññāṇa-khandha)

El último de los cinco agregados es viññāṇa-khandha, el agregado de la conciencia. Este representa el aspecto cognitivo más fundamental de la experiencia: el simple conocimiento del objeto en el momento del contacto sensorial. Pero no se trata de una entidad estable o un “yo”, sino de un proceso condicionado y fluctuante.

¿Qué es viññāṇa?

En el Canon Pali, viññāṇa se refiere a la conciencia discriminativa que acompaña a cada uno de los seis tipos de experiencia sensorial. Es decir, hay:

  1. Conciencia visual (cakkhu-viññāṇa)
  2. Conciencia auditiva (sota-viññāṇa)
  3. Conciencia olfativa (ghāna-viññāṇa)
  4. Conciencia gustativa (jivhā-viññāṇa)
  5. Conciencia táctil (kāya-viññāṇa)
  6. Conciencia mental (mano-viññāṇa)

Cada tipo de conciencia surge en dependencia de su objeto y de su órgano correspondiente, no existe por sí misma ni perdura más allá de las condiciones que la originan.

“Cakkhuñca paṭicca rūpe ca uppajjati cakkhuviññāṇaṃ.”
“Basado en el ojo y en las formas, surge la conciencia visual.”
MN 38, Mahātaṇhāsaṅkhaya Sutta

Viññāṇa en la cadena del origen dependiente

Como vimos anteriormente:

“Avijjāpaccayā saṅkhārā; saṅkhārapaccayā viññāṇaṃ…”

“Condicionadas por la ignorancia están las formaciones volitivas; condicionada por las formaciones volitivas está la conciencia…”

Esto implica que la conciencia no es una entidad original o autónoma, sino que es producto del karma: surge en dependencia de las voliciones pasadas (saṅkhārā) y a su vez condiciona el nombre y forma (nāma-rūpa), es decir, la mente y el cuerpo.

En el Mahānidāna Sutta (DN 15), el Buda advierte contra la tendencia a considerar la conciencia como algo que transmigra de una vida a otra. En cambio, enseña que la conciencia depende de condiciones, y sin esas condiciones, no puede mantenerse.

“Si la conciencia no encontrara un apoyo en nāma-rūpa, no se desarrollaría el surgimiento de los estados de existencia.”
DN 15

Viññāṇa como objeto de contemplación

Aunque el Satipaṭṭhāna Sutta no ofrece una sección separada sobre viññāṇa, la conciencia es continuamente implicada en la contemplación de los estados mentales. En la práctica de vipassanā, se entrena al practicante a ver cómo la conciencia surge y cesa momento a momento, dependiendo del objeto.

El Buda también enfatiza que la conciencia, como los otros agregados, es:

  • Impermanente (anicca): cambia constantemente con cada objeto nuevo.
  • Insatisfactoria (dukkha): no puede ser controlada ni sostenida a voluntad.
  • No-yo (anattā): no hay una conciencia sustancial o eterna que sea el núcleo del ser.

Esto se enseña con fuerza en el Anattalakkhaṇa Sutta (SN 22.59):

“Viññāṇaṃ anattā… nibbinditabbaṃ, virāgetabbaṃ, nirodhetabbaṃ, vossaggitabbaṃ.”
“La conciencia no es un yo… debe ser desilusionada, desapasionada, cesada y abandonada.”

Importancia práctica

Muchos practicantes tienden a identificar el “yo” con la conciencia misma, como si fuera lo más profundo o permanente. El Buda previó este riesgo y enseñó que incluso viññāṇa debe ser visto como un proceso dependiente y vacío. Esto es crucial para deshacer la visión errónea de un “sí mismo” esencial (sakkāya-diṭṭhi).

En meditación, observar la naturaleza efímera y condicionada de la conciencia —cómo cambia con cada estímulo, cómo no se sostiene por sí sola, cómo carece de control— permite soltar la identificación y avanzar hacia la liberación.


Resumen

Viññāṇa-khandha, el agregado de la conciencia, es el aspecto cognitivo de la experiencia, siempre dependiente de condiciones. Aunque parece ser lo más íntimo o esencial del “yo”, en la visión del Buda no es más que un proceso impermanente, condicionado y carente de sustancia. Contemplar su surgimiento y cesación ayuda a desmantelar la ilusión del yo y a cortar el ciclo del sufrimiento.

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