Las cuatro últimas líneas del Karaniya Metta Sutta, abordan de forma muy directa las cualidades del aferramiento, del apego. Para quienes estén familiarizados con esta enseñanza, probablemente sea la enseñanza del Dhamma del Canon Pali más recitada en el mundo budista Theravada, el del sur.
Pero quizá se hayan dado cuenta de que las cuatro últimas líneas representan una especie de cambio de marcha:
Al no aferrarse a puntos de vista fijos,
el de corazón puro, teniendo claridad de visión,
al ser liberado de todos los deseos de los sentidos,
no nacerá de nuevo en este mundo.
Así que es un cambio de marcha de la enseñanza sobre la bondad. Y en cierto modo está diciendo que si realmente queremos practicar la bondad, si realmente queremos encarnar ese corazón bondadoso, lo que tenemos que hacer es dejar de aferrarnos.
Hay cuatro tipos diferentes de aferramiento de los que habló el Señor Buda y que se detallan en el último verso.
“Al no aferrarse a puntos de vista fijos”, se refiere a:
-ditthupadana: El apego a puntos de vista y opiniones. Ditthi significa puntos de vista y opiniones. Entonces, “Al no aferrarse a puntos de vista fijos, el de corazón puro, teniendo claridad de visión, al ser liberado de todos los deseos de los sentidos, no nacerá de nuevo en este mundo”.
–silava dassanena (silabbatupadana) trata del aferramiento a las convenciones que tenemos. Silabata-paramasa es una larga palabra pali que describe esto. Se trata, pues, del apego no solo a las convenciones religiosas, sobre cómo recitar “namo tassa” o cómo inclinarse correctamente, sino que Luang Por Chah lo ampliaría a las convenciones que tenemos en la sociedad. ¿Cuál es la ropa adecuada? ¿Cuál es el lado correcto de la carretera por el que hay que conducir? ¿Cuánto vale el dinero? Son todas convenciones con las que vivimos.
Utilizaba el ejemplo del dinero. Decía que tomen un trozo de papel, le impriman un patrón de tinta y decimos: “Esto son 10 baht (moneda tailandesa)”. Imprimen otro patrón de tinta y decimos: “Esto son 100 baht”. Así, solo por el dibujo de la tinta, este trozo de papel pasa a valer diez veces más. Esto es silabbatupadana. Es una convención que creamos y a la que nos aferramos.
Decía que, si quisiéramos, podríamos hacer que el estiércol de pollo fuera la moneda en lugar del papel moneda o el plástico. Hoy en día incluso el papel moneda está pasado de moda, así que tienen dinero de plástico o simplemente dinero digital. Pues bien, se podría utilizar estiércol de pollo como dinero, y la gente se pelearía y discutiría por la cantidad de estiércol de pollo que tienen. Así que le damos valor a algo, para representar algunos recursos, y luego nos peleamos por los papeles, fichas, o lo que sean que simbolicen esos recursos, así que eso es aferrarse a las convenciones: “Esto es lo correcto que hay que hacer, y esto es lo incorrecto”.
-kamupadana es aferrarse al placer de los sentidos. “Esto es lo que me gusta, por lo tanto, es bueno”. “Esto es lo que yo llamo bello, por lo tanto es bello”. Eso es aferrarse a lo que llamamos placer de los sentidos, kamupadana.
-upadana, o aferramiento, es “attavadupadana”. Atta es el ‘yo’. Así que esto es básicamente aferrarse al ego y al orgullo. Como: “Yo soy esto. ¿No sabes quién soy? Soy el maestro. Soy el consultor aquí. Soy tu padre. Esto es lo que soy”. Attavadupadana tiene que ver con el ego y el orgullo. Esta es otra área de aferramiento y apego.
Así que yo diría que la forma en que llegamos a practicar es a través de estos cuatro tipos diferentes de aferramiento: aferramiento al placer de los sentidos, aferramiento a las convenciones, aferramiento a los puntos de vista y opiniones, y aferramiento al ego, a la visión de uno mismo. Probablemente podrían encontrar algunas áreas más, pero eso cubre la mayor parte. Así es como nos encontramos divididos. Las personas de buen corazón en la misma familia, en la misma empresa, en el mismo grupo, nos encontramos discutiendo entre nosotros y entrando en conflictos y luchas amargas entre nosotros, debido a estos diferentes tipos de aferramiento.
Ahora la pregunta es: ¿Cómo reconocemos esos patrones del aferramiento y el apego? ¿Y cómo los abandonamos? ¿Cómo podemos entrenar la mente, trabajar con la mente para reconocer ese hábito inepto y abandonarlo? No se trata de no tener cosas buenas que ofrecer. No se trata de no tener un punto de vista fijo. No se trata de desconectarse de los demás, de la familia, de la sociedad o simplemente de disociarse de todo el mundo.
La paz no se encuentra adormeciendo nuestra vida, sino que es mucho más útil comprender que reconociendo este hábito de aferrarse y aprendiendo a soltarlo, cómo podemos utilizar más eficazmente las ideas que tenemos, las cosas que podemos ofrecer, la forma en que podemos contribuir de manera valiosa a la sociedad, a la familia, etcétera.
ESCRITO POR AJAHN AMARO