LOS CUATRO ESFUERZOS ARMONIOSOS

El esfuerzo correcto, dirigido hacia la meta de la liberación (nibbāna). No es cualquier tipo de energía, sino un esfuerzo heroico que no se detiene ni siquiera frente a la fatiga física o la vida misma.

La palabra viriya (energía) es central en las enseñanzas del Buddha. Su característica es impulsar cuerpo y mente hacia acciones saludables; su función es apoyar la conciencia sabia, y su manifestación es avanzar hasta completar la tarea espiritual.

Los Cuatro Esfuerzos Armoniosos

Los cuatro esfuerzos correctos (cattāro sammappadhānā) son:

  1. Prevenir el surgimiento de estados mentales no saludables que aún no han surgido.
  2. Abandonar los estados no saludables que ya han surgido.
  3. Cultivar estados mentales saludables que aún no han surgido.
  4. Mantener y desarrollar los estados saludables que ya han surgido para que crezcan y se perfeccionen.

Estos cuatro esfuerzos operan en dos niveles:

  • Mundano: cuando se aplican en la vida cotidiana para mejorar la conducta, purificar la mente y cultivar virtud.
  • Supramundano: cuando surgen en la conciencia de los caminos y frutos (magga-phala), contribuyendo directamente a la realización de nibbāna.

Estos esfuerzos requieren una determinación firme, incluso al costo de la vida.

  • Evitar el mal que aún no surgió: abstenerse de las cinco acciones dañinas, las diez conductas no saludables y las visiones erróneas.
  • Abandonar el mal ya surgido: eliminar la avidez, la aversión, la confusión, la duda, la pereza, la agitación y el miedo a la crítica cuando surgen en la mente.
  • Hacer surgir el bien: generar acciones como la generosidad, la meditación, el desarrollo de jhānas, conocimientos superiores y sabiduría.
  • Proteger el bien ya surgido: mantener la virtud, el samādhi y la visión correcta sin dejarlos decaer.

Este es un mapa muy completo de la dirección que toma nuestra práctica: prevenir, abandonar, cultivar y mantener o desarrollar. Es un esquema profundo de todo lo que implica el desarrollo de la mente.

Las carencias en este entrenamiento se hacen muy evidentes cuando lo observamos en la práctica: personas que solo se ocupan de cultivar hábitos saludables y ejercicios para integrar estados virtuosos, pero que no reconocen sus faltas ni trabajan en el abandono de estados perjudiciales, terminan viendo su desarrollo estancado. Las virtudes que cultivan por un lado siguen siendo manchadas por los estados insanos que justifican o dejan proliferar.

Otras personas, al creer que están muy lejos de determinados estados hábiles como el altruismo, abandonan las prácticas y dejan de crear las condiciones para que surjan estados saludables. Y muchas, una vez alcanzado cierto equilibrio, se vuelven descuidadas y dejan de mantener y desarrollar los estados saludables.

Podemos ver que los cuatro esfuerzos sostienen la continuidad del desarrollo en todas sus etapas, protegen la mente, la enfocan y la conducen hacia el despertar.

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