LOS MÉTODOS DE IR POR REFUGIO.

Los métodos de ir por refugio se dividen en dos tipos generales: el superior o supramundano y el común o mundano. El ir por refugio supramundano es el propio de una persona superior, es decir, de un discípulo ariya que ha alcanzado el sendero supramundano que conduce irreversiblemente al nibbāna. Cuando una persona tal va por refugio a la Triple Joya, su ir por refugio es un refugio superior, inamovible e invencible. La persona ariya no puede nunca más, durante el resto de sus nacimientos futuros (que ascienden a un máximo de sólo siete), ir por refugio a cualquier otro maestro que no sea el Buddha, o a cualquier doctrina que no sea el Dhamma, o a cualquier otra comunidad espiritual que el Sangha. El Buddha dice que la confianza que un discípulo así deposita en la Triple Joya no puede ser sacudida por nadie en el mundo, que está firmemente fundamentado y es inamovible.

La forma común de ir por los refugios es la manera en que las personas corrientes, la vasta mayoría por debajo del plano ariya, van por refugio a la Triple Joya. Ésta se puede subdividir en dos tipos: el ir por refugio inicial y el ir por refugio recurrente.

El ir por refugio inicial es el acto formal de ir por refugio por primera vez. Cuando una persona ha estudiado los principios básicos de la enseñanza del Buddha, llevado a cabo algunas de sus prácticas y se ha convencido de su valor para su vida, esa persona puede querer comprometerse con la enseñanza al hacer profesión externa de su convicción. En sentido estricto, tan pronto como surge en su mente un acto de conciencia que toma al Buddha, al Dharma y al Sangha como su guía ideal, esa persona ha ido por refugio a la Triple Joya y se convertirse en un discípulo buddhista laico (upāsaka).

Sin embargo, dentro de la tradición buddhista, se considera, generalmente, insuficiente, en circunstancias normales, contentarse con ir por refugio mediante un acto interno de dedicación. Si uno ha llegado a la convicción sincera de la verdad de la enseñanza del Buddha, y desea seguirla, es preferible, siempre que sea posible, ajustarse a la forma prescrita de ir por refugio según la tradición buddhista. La forma es recibir los tres refugios de un bhikkhu, un monje buddhista que ha tomado la ordenación completa y mantiene una buena posición en la Orden monástica.

Después de que uno haya decidido ir por refugio, debería buscar un monje cualificado –el propio maestro espiritual u otro miembro respetado de la Orden-, hablar de sus intenciones con él y hacer los preparativos necesarios para llevar a cabo la ceremonia. Cuando llega el día, uno debería ir al monasterio o al templo llevando ofrendas tales como velas, incienso y flores para el santuario y un pequeño regalo para el preceptor. Después de las ofrendas, y en presencia del preceptor, uno debería unir las palmas de las manos en señal de saludo respetuoso (anjali), inclinarse tres veces ante la imagen del Buddha y presentar respetos al Buddha, al Dhamma y al Sangha, representados por las imágenes y símbolos en el santuario. Entonces, de rodillas frente a la capilla, uno debería solicitarle al bhikkhu los tres refugios. El bhikkhu responderá: “Repite después de mí” y entonces recitará:

Buddhaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Voy por refugio al Buddha.
Dhammaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Voy por refugio al Dhamma.
Saṅghaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Voy por refugio al Sangha.

Dutiyam pi buddhaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Por segunda vez, voy por refugio al Buddha.
Dutiyam pi dhammaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Por segunda vez, voy por refugio al Dhamma.
Dutiyam pi saṅghaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Por segunda vez, voy por refugio al Sangha.
Tatiyam pi buddhaṃ saraṇaṃ gacchāmi.

Por tercera vez, voy por refugio al Buddha.
Tatiyam pi dhammaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Por tercera vez, voy por refugio al Dhamma.
Tatiyam pi saṅghaṃ saraṇaṃ gacchāmi.
Por tercera vez, voy por refugio al Sangha.

El candidato debería repetir cada línea después del bhikkhu. Al finalizar, el bhikkhu dirá: “Saranāgamanam sampunnam”, “el ir por refugio se ha realizado”. Con esta ceremonia, una persona se convierte formalmente en seguidor laico del Buddha y permanece como tal mientras el ir por refugio permanezca intacto. Pero para hacer que el ir por refugio sea especialmente fuerte y definitivo, el candidato puede confirmar su aceptación del refugio, declarando al monje: “Venerable Señor, tenga a bien aceptarme como un discípulo laico que ha ido por refugio, a partir de este día y hasta el final de mi vida”. Esta frase es añadida para mostrar la resolución de la persona de abrazar los tres refugios como guía ideal para el resto de su vida. Tras la declaración de los refugios, normalmente el bhikkhu administrará los cinco preceptos, las observancias éticas de abstenerse de quitar la vida, robar, mala conducta sexual, falsedad y consumo de intoxicantes. Estos serán discutidos en artículos posteriores.

Al someterse a la ceremonia formal de la toma de refugio uno abraza abiertamente la enseñanza del Buddha y se convierte por primera vez en un seguidor autoproclamado del Maestro. Sin embargo, ir por refugio no debería ser un acontecimiento que ocurre sólo una vez en la vida y luego se deja desvanecer en segundo plano. Ir por refugio es un método para cultivar, una práctica de desarrollo interior que debería emprenderse con regularidad, repetirse y renovarse cada día como parte de la rutina diaria. Así como cuidamos de nuestro cuerpo al lavarlo cada mañana, también deberíamos cuidar cada día de nuestra mente implantando en ella la semilla fundamental para nuestro desarrollo a lo largo del sendero buddhista, es decir, el ir por refugio. Preferiblemente, se debería ir por refugio dos veces al día, repitiendo tres veces cada refugio; pero si una segunda recitación es demasiado difícil de encajar, al menos debería hacerse una recitación diaria, con tres repeticiones de cada refugio.

El compromiso diario de los refugios se realiza mejor en una estancia del santuario o ante un altar familiar con una imagen del Buddha. La recitación debería ser precedida por la ofrenda de velas, incienso y quizás flores. Después de hacer las ofrendas deberían hacerse tres saludos ante la imagen del Buddha y luego permanecer arrodillado con las palmas de las manos juntas. Antes de recitar la fórmula de refugio puede ser útil visualizar los tres objetos de refugio, despertando la sensación de que uno está en su presencia.

Para representar al Buddha uno puede visualizar una imagen inspiradora o una estatua del Maestro. El Dhamma puede representarse mediante la visualización, delante del Buddha, de tres volúmenes de escrituras para simbolizar el Tipitaka, las tres colecciones de escrituras buddhistas. El Dhamma también puede ser representado por el dhammacakka, la “rueda del Dhamma”, con sus ocho radios que simbolizan el Noble Óctuple Sendero convergiendo sobre el nibbāna en el centro; debería ser brillante y hermosa, irradiando una luz dorada. Para representar al Sangha, puede visualizarse a un lado u otro del Buddha a los dos principales discípulos, Sariputta y Moggallana, o como alternativa, se puede visualizar un grupo de monjes alrededor del Buddha, todos ellos devotos de la enseñanza, arahats que han vencido las impurezas y alcanzado la emancipación perfecta.

Generando profunda fe y confianza, mientras se retienen interiormente las imágenes visualizadas, uno debe recitar tres veces la fórmula de refugio con sentimiento y convicción. Si uno practica meditación es especialmente importante recitar la fórmula de refugio antes de comenzar la práctica, esto le da la inspiración necesaria para sostener el esfuerzo a través de las dificultades que se pueden encontrar en el camino. Por esta razón, las personas que realizan meditación intensiva y se retiran en soledad prologan su práctica, no con el método habitual de recitación, sino con una variante especial:

Aham attanam Buddhassa niyyatemi Dhammassa Sanghassa, “entrego mi persona al Buddha, al Dhamma y al Sangha.” Al entregar su persona y su vida a la Triple Joya, el meditador se protege contra los obstáculos que puedan surgir para impedir su progreso y salvaguardarse a sí mismo contra el apego egoísta en pos de los logros que pueda alcanzar. Sin embargo, esta variante de la fórmula de refugio no debe tomarse a la ligera, ya que sus consecuencias son muy serias. Para los fines ordinarios es suficiente con utilizar la fórmula estándar para la recitación diaria.



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