Como rey del Dhamma, el Buddha asume la tarea de promover el verdadero bien, el bienestar y la felicidad del mundo. Lo hace enseñando a las personas del mundo a vivir de acuerdo con el Dhamma y a comportarse de tal manera que puedan alcanzar la realización del mismo Dhamma liberador que él realizó mediante su iluminación. Los comentarios theravāda demuestran el amplio alcance del Dhamma distinguiendo entre tres tipos de beneficios que la enseñanza del Buddha tiene por objeto promover; ordenados jerárquicamente según su mérito relativo, estos son:
1- El bienestar y la felicidad directamente visibles en la presente vida (diṭṭha-dhamma-hitasukha), alcanzados mediante el cumplimiento de los compromisos morales y las responsabilidades sociales de uno mismo;
2- el bienestar y la felicidad pertenecientes a la vida siguiente (samparāyika-hitasukha), alcanzados mediante la acumulación de buenas acciones, y
3- el bien último o meta suprema (paramattha), el Nibbāna, la liberación final del ciclo de renacimientos, logrado mediante el cultivo del Noble Óctuple Sendero.
Esta triple clasificación, presente en varios discursos del Canon Pāli, muestra que el Buddha enseñaba un camino gradual, que guía desde el bienestar inmediato hacia la realización última. Los beneficios no son mutuamente excluyentes, sino que se integran en una visión progresiva y coherente de la práctica.
Sin embargo, aquí es necesario hacer una reflexión muy importante. Algunas comunidades buddhistas tienden a aferrarse a uno u otro beneficio, promoviendo solo el nivel de enseñanzas que más les agrada. Por otro lado, la separación entre las comunidades monásticas y la expansión de la práctica laica ha llevado a que muchos practicantes se centren únicamente en el primer beneficio, cultivando el Dhamma solo como un medio para lidiar con los asuntos cotidianos de la vida.
El Buddha no pretendía que todas las personas se volvieran mendicantes y renunciaran a la vida hogareña, pero tampoco que se limitaran a la vida laica sin mayores aspiraciones. Ofrecía un esquema completo de enseñanzas para motivar a las personas y permitirles obtener el mayor beneficio posible, tanto en esta vida como más allá, culminando en la liberación total del sufrimiento.
Reducir el Dhamma a una herramienta de bienestar inmediato sin conectarlo con su propósito liberador puede ser una forma de fragmentar sus enseñanzas. Mantener viva su dimensión ética, meditativa y liberadora es esencial para que continúe siendo un camino integral hacia la sabiduría compasiva y la liberación.